Cuando en una conversación sobre mediciones alguien termina diciendo que “no necesito hacer medidas precisas”, lo que realmente quiere decir es que no tiene pensado invertir mucho en Metrología o que realmente no le importa aceptar mediciones fuera de Tolerancias.
Uno de los mayores errores al afrontar un problema metrológico es pensar que todo se resume en una fórmula matemática. Es una ingenua forma de pensar que se está abordando técnicamente un problema y de simplificar hasta el absurdo la solución. Cualquier fórmula matemática en manos de alguien que desconoce el sentido práctico de la misma, es condenar al proceso metrológico a un final imprevisible. Aunque dispongamos de una formula, de un registro documental e incluso de una verificación.
No tener definidas las tolerancias que delimiten el Cielo del Infierno de un proceso, es el mayor de los pecados en Metrología. Sin ellas, poco puedes hacer más allá de alimentar el sistema con más y más documentos que se quedan zombis en una carpeta digital, afortunadamente para el Medio Ambiente, hasta que algún auditor viene a molestar pidiendo registros de evidencias metrológicas de tus procesos.
Esto no suele pasar en el sector que inventó esto de la Metrología Industrial hace ya muchos años. Si hay un sector industrial competitivo ese el Automóvil, sino que alguien me explique cómo se puede fabricar un coche por menos de 8.000 € cumpliendo los estándares de calidad y confort europeos. Es evidente que en el sector del automóvil hay grandes profesionales de la Metrología.
Hay pocos sectores que revisen sus procesos tan al detalle como lo hace el automóvil. Lo que ha sucedido en la Ford recientemente es una muestra. Cuando la Metrología funciona en una empresa, te aporta la seguridad suficiente para tomar decisiones valientes. Porque sin Metrología no hay paraíso en la Industria.
Autor: Sergio Extremera – Jefe de división FemtoCal
Edición y diseño: Juan Francisco Grijalva – Marketing y Comunicación .