Tener conciencia metrológica ayuda a no fiarte de cualquier información. Información en general, proveniente del resultado de una medición o no.
El resultado de una medición significa mucho, sobre todo cuando está bien hecha. Y es muy fácil saber si una medición está bien hecha o al menos si tiene buena pinta. Sólo hay que cruzar un par de preguntas con la persona que ha hecho la medida o saber cómo se ha diseñado el proceso de medición. En la mayoría de casos, saber con qué Instrumento se ha realizado la medida no es lo importante. Al fin y al cabo, todos los instrumentos no dejan de ser un conjunto inerte de cables y materiales mezclados con más o menos ingenio.
Cuando el instrumento de medida tiene poco ingenio, además está acompañado de un proceso de medición que se ha basado en una cuestión meramente publicitaria y las personas responsables de la medición siguen pensando en grados “centígrados” en vez de rendir honor a Anders Celsius cada vez que mencionan una temperatura, quizás lo mejor sea retirarse.
Esto es justamente lo que ha sucedido en Sevilla con los termómetros públicos. El Ayuntamiento de Sevilla ha reconocido su incapacidad de ofrecer una información fiable basada en una simple medida. Y no porque haya recuperado espontáneamente su conciencia metrológica y de facilitador de información pública sino por miedo a perder turistas. Sin embargo, curiosamente los ayuntamientos sí han aprendido a cobrar justamente la O.R.A. (Ordenanza Reguladora de Aparcamiento) sin saber ni siquiera donde está el R.O.A . A ver si va a ser verdad que la Metrología supone entre un 2% y un 7% de impacto en el PIB de nuestro País.
Autor: Sergio Extremera – Jefe de división FemtoCal
Edición y diseño: Juan Francisco Grijalva – Marketing y Comunicación